Todo sea por la paz mundial

"Tiran más dos tetas

que dos carretas"

...

Hasta el domingo pasado no sabía quien era Rodney Carrington. Al parecer, es un cantante country bastante conocido por allá en Estados Unidos, y ha compuesto canciones con títulos tan "creativos" como "Letter to My Penis" o "Don't Look Now" ("Carta a mi pene" y "No mires ahora", respectivamente). ¿Y por qué es importante conocer el título de sus canciones? Porque así a nadie le sorprenderá el vídeo que viene a continuación:

Aunque está en ingles, no es difícil entender de que va la letra. Para todos aquellos que no puedan (o no quieran) ver el vídeo, aquí va un pequeño resumen: como adelanta el título del tema ("Show them to me", es decir, "Enseñamelas"), Rodney Carrington pide a todas las féminas que existen que enseñen sus pechos al mundo, pero no porque él quiera verlos, ojo, sino para conseguir la paz en el planeta, porque como dice su canción "nadie piensa en luchar cuando ve a una mujer en topless".

Lo mejor del vídeo, sin duda, son todas esas heroínas anónimas (y algún que otro héroe) que deciden hacerle caso y poner su granito de arena en esta peculiar forma de trabajar por la paz mundial (seguro que ahora más de uno se plantea ver el vídeo). Por si a alguien se le resiste la letra, aquí hay un vídeo de youtube con subtítulos en español (siento si alguien se siente molesto con las imágenes que acompañan a la letra, pero viendo de qué va la canción, lo raro es que hubieran sido mariposas).

Visto lo visto, está claro que al amigo Rodney, inventiva para salvar el mundo no le falta.

Un montón en un momento

"Hay un montón de gente...
paralizada"

Iba a actualizar con otra cosa, pero me he encontrado por pura casualidad con esto, y me ha podido:



Según he podido entender (por ahora no controlo demasiado el italiano), se trata de un flash mob realizado en unos grandes almacenes de Milán hace unos tres días. ¿Y qué es un flash mob? Pues como su propio nombre indica (o quizás no, la gente tiende a utilizar esta frase para hacerse la interesante), flash significa "destello", "en un momento", y mob, "multitud", por lo que viene a ser como una “multitud instantánea”. Es decir, un grupo de gente que se reune en un lugar público para hacer algo inusual y luego se dispersa rápidamente. Son como un play-back a gran escala (puedes encontrar una pequeña explicación del tema aquí). Por si todavía no ha quedado claro, seguro que más de uno se acuerda de este otro flash mob:



Este modo de "parar el tiempo" llegó a salir en los telediarios. Pero de este vídeo, lo mejor no es la gente congelada, sino los comentarios del resto. En especial, el del hombre que conduce un cochecito amarillo, que primero pide ayuda ("No puedo pasar. Hay un montón de gente congelada por todas partes") y luego lo deja estar sin más ("No importa, han empezado a moverse").

Pero estos dos no son el único ejemplo, ni mucho menos. Aunque hay otros flash mob que, a mi parecer, merecen una ojeada:



y



Definitivamente, me he hecho fan de los flash mob.

Aceptamos "Burro" como deporte de riesgo

"-Creo que me he roto el dedo.

-¿Como?

-Jugando."

Para todos aquellos que no estabais esta tarde en el hospital (porque seguramente estabais en clase): el sujeto que responde a las siglas E.D.L, al que llamaremos Eustenio por aquello de la no intromisión en la intimidad, está bien. Sólo tiene un pequeño esguince en el dedo meñique, pero en dos semanas recuperará la movilidad de su mano derecha. Por si andáis un poco perdidos, aquí va un pequeño resumen de lo que ha pasado.

Estabamos en la cafetería de la facultad Eustenio, Paulo (el de rizos); Lubia (la medio italiana de pelo largo) y yo, cuando, por puro aburrimiento, hemos decidido jugar a cartas. Como la alternativa del truc ha sido ignorada, y después de rechazar mi opción del back por ser demasiado complicado, nos hemos decidido por el burro. ¿Y qué es el burro? Ese juego sin riesgo en el que, cuando uno tiene cuatro cartas del mismo número, pone la mano en el centro y grita: "¡Burro!", y el resto tienen que poner enseguida las manos encima porque el último que la ponga, pierde.

Hasta ahí todo claro. Pues bien, después de unas cuantas partidas, Lubia (creo) ha hecho burro, y, cuando Eustenio ha ido a poner su mano, ha tropezado con la mía. Ha sido en ese momento cuando se ha doblado el dedo meñique y se ha ido aullando y pegando saltos al cuarto de baño (todavía no tengo muy claro a qué, pero bueno).

Total, cuando ha vuelto, como seguía diciendo que le dolía (exactamente, decía: "¡Duele! ¡Ay! ¡Duele!"), le hemos ofrecido acompañarlo al hospital. Eustenio no dejaba de decir que no quería ir, pero cuando ha visto que el meñique de la mano derecha estaba el doble de hinchado que el de la izquierda (y cito textualmente: "¡Aaaah!¡Es el doble!¡Aaaah!") ha decidido darnos la razón e ir al hospital.

Y a partir de ahí, la historia es simple. Dos horas y media en el hospital esperando. Pero al final no ha sido algo grave, así que, como dice el refrán "Sin sangre no hay delito" ¡y aquí no ha pasado nada!.

PD: ¡Lo siento, Eustenio! ¡Sabes que yo no quería! ¡De verdad! ¡Ha sido un accidente!

Cuando las musas atacan

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Como hoy me sentía inspirada, he decidido aprovechar mi genio creativo y jugar un poco con el Paint Shop Pro (que viene a ser una versión simple del Photoshop). Y ha salido esto:




Puede que no sea una gran obra de arte ni que pase a los anales de la historia (o puede que sí, nunca se sabe), pero a mí me sirve. Además, la otra opción era poner al día los apuntes, y, aunque sea lo más productivo, no es, desde luego, lo más interesante. Algo me dice que voy a tener que empezar a poner en orden mis prioridades... ¿pero quién puede ignorar a las musas?
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Una semana...

y un día. Eso es lo que ha hecho falta para que me decida a empezar a actualizar el blog (está claro que lo mío son las decisiones rápidas). Mi principal razón para no haberlo hecho antes, aunque también podría llamarse excusa, era evitar tener que pensar sobre qué escribir. Por momentos va ganando puntos la opción de "temática general", que viene a ser lo mismo que decir "todo vale".

Mientras tanto, y como se supone que en cada entrada debería poner al menos algo útil o con un mínimo de interés, mi opción de hoy es el Akinator. Se trata del típico juego donde, mediante un serie de preguntas cortas, un genio adivina el personaje (tanto ficticio como real) en el que estás pensando. Dejando de lado el hecho de que si das pistas, lo que haces es deducir y no adivinar, el juego es la mar de entretenido. Además, sólo por ver la cara de felicidad que pone el muñequito cuando aciertas, el juego merece al menos un intento.